martes, 4 de octubre de 2016


Y los niños siguen creciendo...


...los canallas.  Uno intenta que paren, que lo dejen estar.  Que no vale la pena.  Que lo que se van a encontrar luego sí, tal vez les proporcione muchas alegrías, pero también tantos disgustos que habría que estudiar bien si realmente compensa.

Pero no, ellos, erre que erre.  Tercos como mulas.  Un día los pillas leyendo Mortadelo y Filemón (y riéndose, el colmo).  Al día siguiente, Asterix y Obelix.  Al otro, Tintín y Milú.  Y piensas.  "Ya está, ya se han adueñado de mi espacio vital".  

Porque que sean unos cracks con la tablet o con el ordenador no es algo que me preocupe.  Nacen ya sabiendo.  Es como lo del cubo de Rubik.  Algo tan complicado esta diseñado específicamente para los niños.  Cuando creces, ya no hay forma de saber cómo se hace.  Sólo vuelves a ello cuando envejeces y vuelves a ser un poco como un niño.

Que lean libros normales y corrientes, tampoco.  Al fin y al cabo se supone que es lo que tienen que hacer, y aunque le cojan el gusto, al principio tiene su componente de obligación.

¿Pero MIS comics?.  Y que cojan el primero y se los lean todos de cabo a rabo y cuando terminan con una colección empiecen con la otra...  Ahora han empezado con Lucky Luke.  

Al menos la parte buena es que es algo en lo que estamos en igualdad de condiciones, cosa que no puedo decir del minecraft, por ejemplo. Pensándolo bien, casi mejor incentivar su pasión por los cómics.  Al menos ahí, hoy por hoy, aún tengo algo de superioridad moral.