domingo, 13 de septiembre de 2009

Alex y el Cole

"Los dos años son el principio del fin" Peter Pan y Wendy

Y son el principio del fin porque es cuando todos los niños, salvo uno, se dan cuenta de que están creciendo. Yo a veces quisiera que el mio fuese ese niño, Peter Pan, y que nunca creciera...

La semana pasada Alex fué por primera vez al Cole. Creo que lo llevó mejor que nosotros, y en general no manifestó a la salida ningún tipo de "resentimiento". Bueno, los primeros días armó un poco de numerito, pero es normal: ¿Quién de nosotros no se enfadaría si de repente nuestra familia nos encerrara en un lugar extraño con gente extraña, sin habérnoslo consultado y sin tener claro si nos iban a venir a recoger o nos iban a dejar allí para siempre jamás? Por muy amables que fueran los vigilantes...

El segundo día tuvimos la presentación de la directiva y las profes. El director pedagógico era muy simpático, pero de repente dijo una frase que me dejó helado: "los niños nos manipulan desde que nacen". Luego lo intentó arreglar (sin conseguirlo) diciendo que no de forma consciente, sino por instinto de supervivencia. Lo primero que pensé fue que ese había sido el segundo y último día de Alex en ese colegio. Con posterioridad hablé con otros padres y (aún mejor) niños mayores, y estaban todos muy contentos, con lo que la neura se me fue. Un poquito.

La idea es que, como les dejemos, los niños se salen siempre con la suya. Toma, como los adultos. Yo soy un admirador del pediatra Carlos González (Bésame mucho; Mi niño no me come; Un regalo para toda la vida...) y me vino a la cabeza uno de los fragmentos del primero de los libros que he citado.

Aplicado a Alex vendría a ser lo siguiente: Despertamos a Alex a las siete de la mañana. Claro, Alex quisiera seguir durmiendo. De hecho, estaba durmiendo. Yo también quisiera seguir durmiendo, pero yo tengo cuarenta y tres años, y no dos. No quiere vestirse, pero le ponemos la ropa como podemos. Alex quisiera ver un poco de tele: Alex, ya es muy tarde, tenemos que irnos. En la calle desea ver con calma algún escaparate: Venga, Alejandro, vamos a perder el autobús. Nos subimos al autobús y quiere ponerse de pie en el asiento para ver un poco de mundo: Alex, siéntate que te puedes hacer daño. Llegamos al cole y hacemos la entrega a una de las profes que esperan en la entrada. Alejandro, que no quiere quedarse, se limita a mirarnos con cara compungida mientras desaparece engullido por el sistema. Bien, que alguien me diga en qué momento se ha salido con la suya...

El asunto es que me planteé si realmente es tan necesaria la educación a una edad tan temprana. Yo creo que no, pero es la sociedad y nuestras necesidades, la de los adultos, no la de los niños, la que nos empujan a llevarlos al cole coincidiendo, precisamente, con el principio del fin.

2 comentarios:

Barbarella dijo...

pETER pAN Y wENDY!!
lOS NIÑOS PERDIDOS QUE YO CREO QUE SON LOS REALMENTE ENCONTRADOS.
fELIZ COMIENZO PARA ALEX!
BUENA ADAPTACIÓN PARA VOSOTROS!
b.

Lady Jones dijo...

Me ha encantado esta entrada. Me ha hecho pensar mucho y sobre todo verlo desde los ojos de Baby, mi Baby, que ya disfruta de sus horas de recreo después de una adaptación dura dura.
Carlos González entró en mi vida después de leer un horrendo Duérmete Niño y pensar que no puede ser tan difícil ni tan frío... Un beso. Me has dejado pensando en el principio del fin... o en el principio sin más.