viernes, 22 de junio de 2007

Ya en casa


Hola de nuevo. Alejandro ya está en casa. El día 20 por la tarde le dieron el alta, y llegó a su nuevo hogar. La entrada fue prometedora: No lloró, y por la noche se portó relativamente bien. De hecho fuimos nosotros los que tuvimos que ponernos el despertador para que Marián le diera el pecho a sus horas (completándolo con biberón, porque no acababa de cogerse).


Era una estratagema para que nos confiáramos, claro está... Al día siguiente nos lo demostró. Todo el día llorando. Al parecer, hay toda una vida para dormir, y muy poca para poder llorar con total libertad.


Esta noche pasada, afortunadamente, ha recapacitado y ha debido pensar que si mataba a sus papás a base de desesperación, lo iba a tener un poco difícil. Así que ha decidido cogerse al pecho con todas sus fuerzas, con lo que lo de preparar el biberón ha resultado innecesario (más ratito de sueño). Marián se ha sentido feliz, con lo que su nivel de fuerzas y resistencia ha aumentado sensiblemente, y yo, para que negarlo, he dormido como un bendito, siendo despertado solamente por las sutiles patadas de mi mujer, indicándome que tenía que esterilizar el saca leches y cosas así...


Hoy hemos ido al pediatra, que nos ha pintado un verano aterrador, con peligrosísimas olas de calor que pondrían en serio peligro la vida de nuestro hijo. Todo ello cierto, pero pintado con unos tintes que nos han hecho salir de la consulta con las piernas temblando y jurando a Alejandro que lo meteríamos en la nevera si resultaba necesario...


Se ha pasado todo el día comiendo (sin duda para tener fuerzas y enfrentarse como un hombre al calor) y decidido a acabar con todas las existencias de pañales. Veremos que tal pasa la noche. ¡Ya os lo contare!

No hay comentarios: